Entre las diferentes fuentes de luz de que dispone el ser humano la natural o del sol es la que ofrece uno de los más elevados rendimientos lumínicos. En otras palabras, iluminando con luz natural y para un determinado nivel de luz, la cantidad de calor resultante en el espacio iluminado es menor que la que resulta con sistemas de alumbrado artificial. Además, si tenemos en cuenta que la luz solar reproduce los colores de la mejor forma posible, todavía resulta más absurdo que iluminemos artificialmente nuestros edificios durante el día.
Porque el alumbrado artificial, primero con gas y después eléctrico, nos permitió conquistar la noche, para el trabajo o para el recreo. Pero esta conquista nos llevó, infantilmente, a sobrevalorar las posibilidades de esta luz artificial y con ello y con ello a proyectar arquitecturas sólo habitables, de día y de noche, con la ayuda de este alumbrado. La moderna paradoja arquitectónica de edificios totalmente revestidos por vidrio y con el alumbrado artificial interior en funcionamiento durante todo el día, no es más que la consecuencia de esta ingenua fe en la artificialidad."
Serra, Rafael: Arquitectura y climas. Barcelona: Gustavo Gil, 1999. Págs. 29-30
(Fotos mías, hechas en el TEA)
2 comentarios:
Ea
Para contrastar un poco....
http://youtu.be/8NyBwcGqLWo
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