Y es que el plátano original tenía semillas, estaba lleno de ellas, y era pequeño, poco carnoso... Es decir, era casi incomestible. Por suerte en 1836 Jean Francois Poujot, un jamaicano, descubrió una espécimen mutante en su plantación, que tenía color amarillo en lugar de verde o rojo y no contenía las incómodas semillas. Y lo que era más extraño es que no requería ser cocinado antes de consumirlo. Evidentemente este plátano tuvo un éxito absoluto y fue rápidamente extendido por todo el mundo, y Jean Francois se volvió muy rico, como sus plátanos.
Así, desde entonces, se ha cultivado esa variedad y las nuevas aparecidas a raíz de aquella, hasta el punto de que hoy en día si dices que los plátanos tiene pipas, la gente no se lo cree.
Información extraída de Guanatinghamshire, del que he copiado alguna frase literalmente.
2 comentarios:
qué guay!
por suerte para la economia canaria esto ha cambiado muuuucho
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