El chico que relata la historia cuenta que leyóen una revista de aeronáutica hace unos años. Según dice, un piloto norteamericano de la segunda guerra mundial, que combatía ya hacia el final del a contienda, en Europa se encontraba realizando una misión de "strafing" - patrullar una zona determinada disparando a cuanto blanco de oportunidad se pusiese a tiro - a bordo de su avión. En un momento dado, le empezaron a disparar a él desde tierra, y en su huida puso el avión a tan baja altura como le fue posible, para que los árboles y los accidentes del terreno le protegiesen del fuego.
En ese momento, y mientras según él, el aparato volaba tan bajo que la hélice podría dejar marcas en el suelo, un soldado alemán, que permanecía tumbado en la trayectoria del aparato, se levantó de repente y permaneció inmóvil, mirando al avión que se dirigía directamente hacia él. El piloto lo miró aterrado, esperando que se tirase al suelo de nuevo, porque él no podía hacer nada por evitar el impacto (a tan baja altura no podía girar, y si elevaba el caza quedaría expuesto de nuevo al fuego), y cuando agarraba ya con fuerza el joystick de control preparándose para el golpe y el posible aterrizaje forzoso... no pasó nada.
El aviador miró hacia atrás, y allí estaba el soldado alemán, de pie, como antes. Y según el piloto la altura no era suficiente como para haberle pasado por encima. Al regresar a su base, comprobó la hélice, y estaba intacta. Tras contar la historia a sus colegas, y con la ayuda de ingenieros, hicieron cálculos y llegaron a la conclusión de que era físicamente posible:
teniendo en cuenta la velocidad de rotación de la hélice y la velocidad lineal del avión, en el intervalo de tiempo que pasaba desde que un aspa de la hélice se encontraba en su punto más bajo, hasta que pasaba la siguiente aspa, el avión recorría más de un metro... suficiente para que un hombre se "colase" por el hueco.
No sé si será verdad,pero...
1 comentario:
Hummm, supongo que tendre que añadir la historia a mi definicion de Suerte :P Real o no, la historia es curiosa... wooof es que hay que tener mucha suerte
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