He visto una creciente popularidad en los últimos dos años de las impresoras en 3D domésticas. Se trata de máquinas que imprimen un objeto en tres dimensiones a partir de un modelo virtual, que de hecho puede obtenerse de un objeto real (a partir de varias fotografías del mismo desde distintos ángulos y pasándolas luego por el software adecuado), utilizando distintos materiales para la fabricación, en general plástico o resina sintética. En Microsiervos están al tanto de los avances y he visto varias publicaciones sobre el tema, y hace tiempo publiqué aquí algo relacionado aunque mucho más rústico y sostenible, Solar Sinter. Lo que me ha hecho publicar definitivamente algo al respecto ha sido el vídeo a continuación, que habla por sí solo:
Aunque este otro también quise publicarlo en su momento, sobre algunos ejemplos de objetos impresos a través de Shapeways, empresa que se dedica a imprimir diseños que los clientes envía a través de Internet:
Ya hay alguna universidad donde se puede usar gratuitamente una de estas impresoras para diseños personales, como la de Virginia. En la universidad de Viena alcanzan impresiones del tamaño de un grano de arena. Aquí otro ejemplo de un modelo de reciente presentación, el Replicator2, de MakerBot. ¡A mí desde luego después de ver las posibilidades me entraron muchísimas ganas de hacerme con una!
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